En una sartén con poco aceite ponemos a dorar las costillas de cerdo junto al 1/2 ajo, las hojas de laurel y la morcilla. Salpimentamos y dejamos dorar bien a fuego alto hasta que están muy bien hechas.
Una vez alcanzando ese punto bajamos a fuego medio y añadimos el tomate natural triturado hasta que reduzca al máximo. Si el punto de acidez es alto añadimos un poco de azúcar para corregirlo pero sin pasarnos.
Para rematar nuestra elaboración inicial añadimos los garbanzos una vez que hemos escurrido y lavado bien bajo el agua y la cucharadita de pimentón. Importante que sea poco tiempo y sigamos con fuego medio/bajo para que no se nos queme.
Con nuestro preparado ya listo es el momento de incorporar todos los elementos a la cazuela de barro (MUY IMPORTANTE EL MATERIAL) y si es posible precalentamos el horno a 220ºC para tenerlo todo listo.
Al preparado que hay en la cazuela de barro le incorporamos los vasos de arroz y agua con abundante sal y colorante alimentario si queremos asegurarnos que nuestro arroz tenga ese color amarillo que deseamos.
Añadimos el tomate entero y la patata pelada y troceada por la mitad procurando colocar todos los elementos en armonía. ¡Intentad no apelotonar todo en el mismo lado!
Por último lo metemos en el horno y si lo habéis precalentado únicamente lo tendremos unos 30 minutos (arriba-abajo) y unos últimos 5 minutos de gratinado para dar la costra al arroz.
Dejad reposar 5 minutos y a disfrutar de esta gran receta tradicional.
¡Buen Provecho! Animaos a dejarnos abajo en la caja de comentarios vuestra experiencia para traer a vuestra mesa un pedacito de la gastronomía valenciana.